Mensajes de diversas orígenes
jueves, 24 de abril de 2025
Recibe Mi Misericordia
Mensaje de Nuestro Señor Jesús Cristo a Sor Amapola en New Braunfels, Tx, Usa el 10 de Abril de 2025

Hijos míos,
Soy Yo, la Misericordia del Padre Encarnado, vuestro Jesús, Quien os habla.
«La Misericordia de Dios es insondable».
¿Comprendéis lo que esto significa, Mis pequeños, todo lo que encierran estas breves palabras? ¿Y cuál debe ser la respuesta de vuestra alma a ellas?
Mi Misericordia no tiene límites. Se extiende de eternidad en eternidad. Abarca todo lo creado, llegando a las profundidades, elevándose a las Alturas. Ligera como una caricia, poderosa como un torrente, vasta como los cielos y los mares.
Fructífera y generosa. Trae Paz y Curación.
Atrayéndote como un imán hacia el Corazón del Padre.
Mi Misericordia es insondable.
No puede ser comprendida, abarcada por vuestras mentes, hijos Míos. Mi Misericordia actúa fuera de los límites del tiempo. Está siempre presente y siempre activa. Incansable en traeros esperanza y luz y fuerza para reconciliaros con el Padre, para acercaros a Su Trono, a Su Corazón. Para volver a Él y poder decir de nuevo: «Abba, Padre».
Mi Misericordia no es debilidad.
¿Fue debilidad, hijos Míos, soportar el hedor de un mundo cubierto de pecado, soportar las mentiras, la traición, el odio de aquellos a los que vine a salvar? ¿Fue debilidad soportar al traidor? ¿Soportar los latigazos, las espinas, los clavos y la lanza? ¿Fue debilidad, hijos Míos, soportar el completo abandono del Padre en Mi Hora de Dolor?
¿Fue debilidad tener Mi Corazón traspasado, que toda Mi Sangre y Mi Agua -hasta la última gota- fueran derramadas Por Vuestro Bien?
¿Fue debilidad, amados Míos?
No.
Conocerme es amarme.
Amarme es seguirme.
Seguirme es obedecer al Padre.
Obedecer al Padre es entregar todo tu ser a Su Voluntad.
Esto no es debilidad, hijos Míos.
Yo Soy vuestro Dios, que ve en las profundidades.
Os conozco. A cada uno de vosotros. Conozco vuestras luchas, vuestro dolor, vuestra pena, vuestros esfuerzos, vuestras caídas, vuestros pecados. Lo veo todo.
Y veo en lo que se ha convertido el mundo. En lo que se ha convertido Mi Iglesia. Veo, hijos, conozco.
Si Yo, que lo veo y lo sé todo, y os conozco a vosotros, deseo concederos una Misericordia sin límites en estos tiempos, ¿quiénes sois vosotros para rechazarla?
Si Yo, Que todo lo sé, he reservado estas gracias y Misericordias especiales para estos tiempos, ¿no es porque sé que las necesitáis?
Hijos míos, vuestro Dios no hace nada superfluo.
Cuántos de vosotros sois incapaces de recibir Mi Misericordia, Mi Ayuda, porque lo consideráis debilidad, una dilución del ascetismo, una incomprensión de Mi Justicia.
Mis amados, Mi Justicia acompaña a Mi Misericordia. Están unidas. Son una. Tienen el mismo origen -el Corazón del Padre- pasando por Mi Corazón Traspasado, sostenido por el Corazón Inmaculado de Mi Madre.
Mi Justicia y Mi Misericordia surgen de la Verdad que Yo Soy .
Hijos míos, al igual que en el mundo físico toda acción, todo movimiento, tiene una reacción, así en la vida de vuestras almas, todo movimiento de vuestra alma tiene una consecuencia, buena o mala, que os conduce a la Luz o a las tinieblas, a la unión Conmigo o a la separación de Mí, a la santidad o a la condenación.
Esta consecuencia, esta «reacción», es la Justicia. Mi Justicia puede actuar inmediatamente o demorarse, pero siempre actúa.
Mi Justicia es la manifestación de la Verdad. Saca a la luz las intenciones del corazón. Mi Misericordia es también la manifestación de Mi Verdad. Trae Mi Luz sobre el corazón y sobre la situación, para que el corazón pueda reconocer su estado y no tenga miedo de buscar Mi ayuda.
Misericordia y Justicia.
Son una, cada una un brazo de Mi Verdad, de Mi Luz.
Ambas te abrazan.
Le dije a Mi hija Faustina -Mi amada hija [sonríe]- que estos tiempos son los Tiempos de la Misericordia que preceden al tiempo de la Gran Justicia. 1
Sí, hijos Míos.
Todavía es el Tiempo de la Misericordia.
Yo, en Mi Justicia Misericordiosa, viendo la enfermedad, el dolor, la ignorancia de tantos de Mis hijos, y viendo la traición en Mi Iglesia, y las obras de Mi enemigo extenderse cada vez más - he considerado necesario dar a Mis hijos este Tiempo especial de Misericordia.
Hijos Míos, os repito lo que he dicho antes:
Es Misericordia lo que Yo Deseo, no SACRIFICIOS. 2
Hijos míos, el sacrificio agradable al Padre es aceptar Su Voluntad. Aceptar lo que Él, en Su Amor y Sabiduría, prepara para cada uno de vosotros.
La mayor ascesis, hijos Míos, es poner vuestra voluntad, vuestros pensamientos y criterios, vuestros deseos, al pie de la Cruz Conmigo, y Conmigo, ofrecerlos al Padre.
Ésta es la abnegación más perfecta. 3
El Abandono que viví.
La Ofrenda que hice en la Cruz para obtener tu salvación.
«Jesús, confío en Ti».
Padre, acepto.
Acepto Tu Voluntad para mí.
Acepto la purificación que necesito para vivir en Tu Luz para siempre.
Acepto recibir todo lo que Tu Amor me envíe.
Acepto Tu Justicia.
Acepto Tu Misericordia.
El Padre sabe lo que necesitas, cuándo lo necesitas, cómo lo necesitas.
Y el Padre, viendo la miseria y el dolor de Sus hijos -viendo la creciente infestación en Su Iglesia y cómo esto disminuiría e incluso haría inútiles las muchas ayudas que estableció en Su Iglesia, y cómo esto dejaría a Sus hijos debilitados, agobiados, confusos, envueltos en la ignorancia-, viendo todo esto, y cómo crecería, y se extendería, e infectaría todos los aspectos de sus vidas, En Su Infinita Sabiduría Y Compasión, os ha enviado continuas ayudas 4 - Rocío Celestial- para ayudaros, consolaros y fortaleceros.
¿No lo habéis comprendido? Mis pequeños, el Padre os envía, os concede, estos remedios, para que podáis seguir recibiendo Su ayuda y Su Gracia, a pesar de la infiltración en Mi Iglesia que bloquea continuamente Mi Luz y Verdad. 5
El Padre sabe lo que necesitáis.
Y como Sus hijos deben caminar por el valle de lágrimas, soportar la terrible tormenta de la ira y el odio del enemigo, soportar el espantoso dolor de esperar Mi Acción, soportar la Hora de la Justicia, así Él ha establecido este tiempo como el Tiempo de la Misericordia, la gran Hora de la Misericordia.
Aceptad este don, hijos. Se os da porque es Necesario.
Estáis cegados a vuestro propio estado y a vuestra propia necesidad.
Mis amados, veo todos vuestros esfuerzos por complacerme. Todo lo que hacéis; todo lo que rezáis; y todo lo que pensáis es lo que os pido. 6 No dejéis que este deseo [de complacerme] se distorsione, Mis pequeños. Colocad este deseo en el Fuego de Mi Amor y de Mi Misericordia. Ponlo en la Cruz y ofrécelo al Padre Conmigo.
Hijos Míos, en esta Hora lo que se necesita es vuestra Fe, Confianza y Abandono.
Dejarme actuar en vosotros.
Dejándome purificaros. Dejándome guiaros en la oración que todo lo alcanza. 7 Déjame guiarte. Dejándome disponer todas las cosas en tu vida según el Plan del Padre.
Jesús, confío en Ti.
¿Empiezas a ver todo lo que encierran estas sencillas palabras que tan fácilmente han sido desechadas por muchos?
Jesús, confío en Ti.
Hijos míos, no pido un poco de confianza. Te la pido Toda.
Que confíes en Mí en Todas las Cosas.
Que Me deis esto que es Mío por derecho.
En estas palabras hay un acto de aceptación a la Voluntad del Padre. Pones tu corazón en el Mío, para que Yo lo guíe y lo devuelva al Padre.
Jesús, confío en Ti.
Te he dado estas palabras.
Te he dado Mi Imagen 8 como señal de que Yo Estoy contigo.
Como recordatorio de lo que he obtenido para ti. Como Remedio a la desesperanza y desesperación en que el enemigo desea esclavizarte.
A Mi hija Margarita María 9 le mostré Mi Corazón, Su pena, dolor y el Fuego del Amor que lo consume.
A Mi hija Faustina 10 mostré lo que brota de Mi Corazón, lo que obtuve para vosotros.
Ambos proceden de Mi Amor por vosotros. 11
Ambos dones de la ternura y del cuidado siempre presente del Padre.
Ambos signos, remedios y ayudas eficaces para esta Hora.
Hijos míos, recibid estos dones.
Recibid Mi Misericordia. Aceptad Mi Justicia.
Hijos míos, contemplad el Amor del Padre que permitió que Mi Corazón fuera abierto por una lanza para que las Aguas Salvíficas se derramaran y os purificaran.
Me puse enteramente en las Manos del Padre, en Su Voluntad - Confianza.
Le obedecí y acepté la Misión que Él Me encomendó - Abandono.
Y al hacerlo surgieron las Aguas de la Gracia y la Misericordia para limpiar y purificar a Sus hijos, para rescatarlos, para devolverlos a Sí mismo.
Haced como Yo he hecho, hijos Míos.
Creed en Nuestra Misericordia.
Crucificad Vuestra Voluntad.
Dejad que el Padre actúe y obre en vosotros, para que estas Aguas que brotan de Mi Corazón entren y llenen el vuestro.
Hijos Míos, en esta terrible Hora de oscuridad os pido que aceptéis Mi Misericordia.
La Promesa que hice a Mi hija Faustina os la renuevo una vez más. 12
No es una promesa vana.
Arrepentíos de vuestros pecados, de vuestras idolatrías, de vuestras faltas de esperanza y de confianza, de vuestras faltas de Fe, de vuestro orgullo.
Tomad vuestra Cruz, Mis pequeños, y seguidme.
Mi camino es arduo. Mi camino está lleno de piedras y espinas. Mi camino a menudo está lleno de niebla y de incertidumbre humana. Pero es el Único camino que conduce al Corazón del Padre. Y tú lo recorres Conmigo.
El Padre sabe lo difícil que se ha vuelto este camino. Y lo mucho que vuestras almas necesitan Luz y Esperanza.
Y por eso os ha concedido la Gracia de la Purificación mediante el acto de arrepentimiento y la aceptación de Su Misericordia. La entrega de todo vuestro ser a Su Misericordia.
No rechacéis la Misericordia que en Justicia se os está concediendo, hijos Míos.
Acudid a esta Misericordia. Es vuestro Refugio para estos tiempos.
Dejad que Mi Misericordia Bañe Vuestra Alma.
Deja que alcance cada parte de tu ser.
Deja que tenga dominio sobre ti.
Y en esta Misericordia encontrarás fuerza para aceptar la Voluntad del Padre para ti.
En esta Misericordia encontrarás Luz y Esperanza, la seguridad de Mi Amor. La seguridad de que eres Mía.
En Mi Misericordia serás purificado.
En Mi Misericordia serás fortalecido.
En Mi Misericordia seréis protegidos.
En Mi Misericordia dejaréis de ser esclavos y empezaréis a ser hijos e hijas.
En Mi Misericordia reconoceréis las Obras del Padre.
En Mi Misericordia se os dará todo lo que necesitéis.
En Mi Misericordia estaréis unidos a Mí en Mi Gran Ofrenda.
Yo Soy la Misericordia del Padre.
Yo Soy la Justicia del Padre.
Ven a Mí.
No tengas miedo.
Mírame. Confiad en Mí.
Abandonaos A Mí. Y Yo Haré El Resto.
Venid A Las Aguas De Mi Misericordia Y Bebed, Saciad Vuestra Sed.
Venid.
Yo te amo, no temas.
Tu Jesús,
La Misericordia del Padre hecha Carne por ti. +
(Dictado en inglés.) (Nota: Las notas a pie de página no las dicta Dios. Las añade la Hermana. A veces la nota a pie de página es para ayudar a aclarar al lector el sentido que la Hermana da al significado de una determinada palabra o idea, y otras veces para transmitir mejor el sentido del tono de Dios cuando hablaba).
Nota de la Hna. Amapola:
Me sorprendieron varias cosas de este Mensaje.
Llegó rápidamente y sin previo aviso, lo cual no es habitual.
Parece muy denso, cada frase es como una semilla, repleta de frutos futuros, y por tanto es necesario reflexionar sobre ella para recibir todo lo que Él intenta comunicar. La primera vez que lo leí, me pareció un poco difícil captar todo lo que nos está diciendo. Pero cada vez que lo he releído, me parece más claro.
Mientras lo dictaba, percibí que Jesús hablaba en serio, tratándonos no como a niños pequeños a los que sólo se les puede dar «leche y miel», sino como a adultos -soldados- que necesitan un alimento sólido y nutritivo para poder luchar y continuar en Su camino. Un alimento que necesita ser masticado. También como Alguien que prepara a otro para la batalla y le da las herramientas y armas necesarias.
Su Misericordia se ha malinterpretado mucho en nuestros días, y qué doloroso debe de ser para Él. Vemos los dos extremos de creencia y comprensión de Su Misericordia.
Por un lado, presentar la Misericordia de Dios como si aboliera Su Justicia, e incluso se permitiera el pecado en nombre de la «misericordia».
Por otra, creer que la abrumadora severidad de la Justicia de Dios deja poco espacio para la esperanza en Su Misericordia.
Me parece que, en este Mensaje, Jesús se dirige a estos dos errores e intenta ayudarnos a ver la Verdad de Su Misericordia, el equilibrio adecuado entre Misericordia y Justicia.
También para transmitirnos que vivir abandonados a Su Misericordia no es en realidad para los débiles de corazón. Requiere una verdadera cooperación infantil, pero al mismo tiempo viril, con la Voluntad del Padre, mientras Él completa Su obra en nosotros.
(1) Diario de Santa Faustina, núm. 1588 «En la Antigua Alianza envié Profetas blandiendo rayos a Mi pueblo. Hoy te envío a ti con Mi Misericordia a los pueblos de todo el mundo. No deseo castigar a la humanidad dolorida, sino que deseo curarla, apretándola contra Mi Corazón Misericordioso. Uso el castigo cuando ellos mismos Me obligan a hacerlo; Mi mano es reacia a tomar la espada de la justicia. Antes del Día de la Justicia envío el Día de la Misericordia».
(2) Oseas 6:6 «Porque misericordia quise, y no sacrificios; y el conocimiento de Dios más que holocaustos». Y Mt 9,13 «Id, pues, y aprended qué significa esto: Misericordia quiero y no sacrificios. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
(3) Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1435: «...Tomar cada día la cruz y seguir a Jesús es el camino más seguro de penitencia.» Ver también 1430, 1450.
(4) Entendí que se refería a todas las gracias como apariciones, locuciones, visiones, milagros, conversiones repentinas y todas las gracias «extraordinarias» más ocultas, pero muy reales, que tantos están experimentando. Son Sus intervenciones directas, inmediatas y muy personales en nuestras vidas, que se nos conceden además de los medios ordinarios de gracia, como los Sacramentos.
(5) No es que la Iglesia en sí bloquee Su Luz y Su Verdad, sino que lo que se ha infiltrado en la Iglesia es lo que bloquea, oscurece, la Luz y la Verdad de Dios.
(6) El énfasis está en el «piensa». Lo que entiendo que quiere transmitir es que a menudo pensamos que sabemos lo que Él nos pide, pero muchas veces son sólo nuestras ideas, nuestra comprensión. Pueden ser cosas buenas, pero quizá no lo que Él quiere en ese momento.
(7) Mi sensación es que Él se refiere a la oración de Adoración. Entiendo por tal la oración que incluye un acto de fe, de esperanza, de amor, de obediencia de aceptación de Su Voluntad, de entrega a Su Amor y Misericordia -dar a Dios lo que es Suyo por derecho-. La oración en la que el alma se pone a Sus pies y Le reconoce por Quien Es, no con miedo, sino con Amor y confianza absoluta.
(8) La Imagen de la Divina Misericordia, tal como le fue dada a Santa Faustina Kowalska. Diario, nº 47-48 - «Pinta una Imagen según el patrón que veas, con la firma: Jesús, confío en Ti. Deseo que esta Imagen sea venerada, primero en tu Capilla, y después en todo el mundo. Prometo que el alma que venere esta Imagen no perecerá. También prometo la victoria sobre sus enemigos ya aquí en la tierra, especialmente en la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como Mi propia Gloria». Nº 326 - «Mi mirada desde esta Imagen es como Mi mirada desde la Cruz».
(9) Santa Margarita María Alacoque, monja francesa que recibió las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús en 1673-1675.
(10) Santa Faustina Kowalska, monja polaca que recibió las revelaciones de la Divina Misericordia, en la década de 1930.
(11) Se refiere a ambas revelaciones, la del Sagrado Corazón de Jesús y la de la Divina Misericordia.
(12) Se refiere a la Promesa relativa al Domingo de la Divina Misericordia: Diario, nº 699 - «Hija mía, habla al mundo entero de Mi inconcebible misericordia. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas, y especialmente para los pobres pecadores. En ese día se abren las profundidades mismas de Mi tierna misericordia. Derramo todo un océano de gracias sobre las almas que se acercan a la Fuente de Mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Sagrada Comunión (el Segundo Domingo de Pascua) obtendrá el perdón completo de los pecados y de las penas. Ese día se abrirán todas las compuertas divinas por las que fluyen las gracias. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como la grana. Mi Misericordia es tan grande que ninguna mente, sea de hombre o de ángel, podrá comprenderla en toda la eternidad. Todo lo que existe ha surgido de las profundidades mismas de Mi tiernísima Misericordia. Cada alma en su relación Conmigo contemplará Mi amor y Misericordia por toda la eternidad. La Fiesta de la Misericordia surgió de Mis mismas profundidades de ternura. (139) Es Mi deseo que se celebre solemnemente el primer domingo después de Pascua. La humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva a la Fuente de Mi Misericordia».
Origen: ➥ MissionOfDivineMercy.org
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